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Habitualmente,
las moralejas solo aparecen una vez concluida la exposición. Sin embargo, hoy
quiero darle la vuelta a la tortilla y empezar por el final. Así, os revelo la
lección de esta entrada: no hay que hacer lo que yo he hecho con la frase
codificada que se puede leer más arriba.
Como
ya habréis sospechado, esta entrada está dedicada a la toma de notas; en
concreto, a la creación y uso de símbolos. Lo cierto es que, en la toma de
notas, hay muchos otros recursos que el intérprete debe dominar: las divisiones
del papel, la escritura en diagonal… pero, basándome en mi experiencia de
primeriza impresionable, entiendo que la idea de hacer dibujitos en el papel
alberga un peligro real: nos llama la atención, nos maravilla y nos nubla la
vista. Así, es fácil olvidar que el objetivo principal que habrían de cumplir:
agilizar la interpretación. Esto quiere decir que (consejo práctico n.1) no se
debe abusar de las equivalencias con símbolos. Ya habéis visto
que para comprender mi jeroglífica frase de bienvenida anterior se necesitaría una lentísima traducción
intersemiótica.
El
título de hoy ya lo deja claro: Los “jeroglíficos” sirven para interpretar, y no al revés (traductores: no me
rebatan el sentido de mi propio título; no me vengan diciendo que es ambiguo y similar
al de dibujos para colorear; la
Autora ha hablado). Lo contrario, interpretación
de jeroglíficos, se estudia en otra carrera. Nosotros, aprendices de
intérprete, ya tenemos suficiente con la faraónica
tarea de escuchar, traducir y escribir todoalavezjuntoysintregua. Entonces, ¿cómo
evitar que los alumnos de interpretación incluyamos en nuestros glosarios de
símbolos la equivalencia de la derecha?
La
respuesta es tan odiosa como aquella tan recurrente que asevera “comiendo sano
y haciendo ejercicio”, pero es cierta: la única forma de dominar la técnica es
con mucha práctica; preferiblemente, práctica consciente. Esto implica no solo
horas de garabatos pseudofacultativos
[N. del T. “parecidos a la caligrafía de un médico”, pero expresado con creativa
pedantería ¬¬’ ], sino también reflexión y autoanálisis. Conviene probar nuevos
métodos hasta dar con uno que se amolde bien a uno mismo. Personal e
intransferible, así es la toma de notas. Sin embargo, también es posible apropiarse
de ideas ajenas. Por eso, os interpresto
algunas ideas relativas a los símbolos; puede que os sean útiles:
- No abuséis de los símbolos (no como yo, que no me estoy cortando a la hora de repetir la palabra “símbolos”; qué le voy a hacer si me va el simbolismo…). Basta con idear unos cuantos (símbolos XP) que se puedan aplicar palabras recurrentes de los discursos.
- Para crear ideogramas, emplead códigos con los que estéis familiarizados; por ejemplo: lenguaje matemático, el alfabeto griego, cirílico, kanjis, indicaciones musicales, signos del zodiaco (si a alguien le sirven…).
- Recordad que “símbolo” no es una categoría cerrada. Aparte de pictogramas, también podéis usar abreviaturas. Estas son muy útiles, pero ¡cuidado!, es necesario anotar las terminaciones para no confundir las categorías gramaticales:
Economy
|
Economical
|
Economize
|
Econ.y
|
Econ.al
|
Econ.ze
|
- No utilicéis símbolos si no asociáis su referente de forma inmediata.
- Los superíndices también son muy útiles para los tiempos verbales (también combinados con abreviaturas):
Translate:
|
Trans d
|
h Trans d
|
W Trans ŋ
|
ll Trans
|
- Estad mentalizados para crear símbolos de usar y tirar, es decir, los que emplearéis para un discurso concreto. Estos deben de ser instantáneos e identificables. Yo, por ejemplo, me he encontrado hace poco con la palabra “pistacho” en un discurso de clase. ¿Creéis que lo inteligente habría sido dibujar una especie de pistachos-packman, con cáscara y todo? No; probablemente, me habría tenido que comer los pistachos (literalmente) a la hora de interpretar. La tentación pictórico-artística está ahí, pero hay que ser coherente. Las abreviaturas, recuerdo, son buenas amigas :)
- Compartid símbolos con vuestros aliterados y letrados CCC (Congéneres Colegas y Compañeros).
Aparte de los
pretéritos consejos generales, cada uno puede contar con sus propios “recursos pequeños pero matones, aunque no
aptos para todos los públicos”. Uno de mis favoritos, dentro de esta
categoría, es el de tachar para negar algo (por ejemplo, OK, OK). Otro
recurso, os lo cuento solo de forma anecdótica: por una asociación libre de
ideas que nada tiene que ver con la trascendencia mediática de cierto fenómeno
[N. del T. esta es una señora ironía], escribo B.C. y no pienso en Before Christ sino en Before the Crisis. Como veis, esto es
una espada de doble filo. En este caso, diría que el símbolo es censurable
y peligroso; de película
triple X (yo que vosotros no lo emplearía; es más, yo que yo, tampoco).
Quizá vosotros os lleguéis a encontrar con un símbolo propio como
este mío: no sabréis si consolidarlo o sacrificarlo y veréis que la
práctica,
según los resultados que dé, será su salvadora o verdugo. Ciertamente,
la toma de notas es una ciencia de ensayo-error. Este es el único
hurto que permito de otras doctrinas universitarias (los jeroglíficos y
las musas que inspiran a pintar pistachos, no).
[Nota de la Redacción: no queríamos pecar de maleducados y dejar que nuestros lectores pensasen que hemos empezado esta entrada sin buenos modales. Por ello, le hemos pedido a nuestra interpretora a sueldo que elabore una traducción intersemiótica de la primera frase; este ha sido el resultado: Greetings to everybody. Today I will tell you about note taking. I will not reveal any kind of magical trick for the task, but only some good ideas]
P.D: Sabed que la "Nota de la Redacción" es una rareza que he descubierto hoy mismo en una traducción de francés. Además, os llamo la atención sobre el plural mayestático; con él siempre se gana credibilidad ;).